El Clítoris
¡ Las mujeres también tienen uno ! El Clítoris
Bueno amigos, esta puede
ser un área en donde debemos admitir que las mujeres nos han derrotado. Ellas tienen
un órgano dedicado solamente al placer, y nada más. Sí, el clítoris. ¿Y sabemos
acaso cómo se ve? Bueno, no todos sabemos, seguro.
Usted puede saber que los bebés varones y mujeres
comienzan idénticos, y que el pene proviene del mismo tejido en el feto que el
clítoris – en realidad, es la presencia de testosterona en el bebé varón la que
causa que este tejido se desarrolle en un pene. Pero imagínese, toda la
sensibilidad de su pene, concentrado en algo del tamaño de su clítoris.
¡Wow! Imagínelo. Nada que hacer sino producir
orgasmos y hacer sentir bien a la mujer. No se sorprenda de que se quejen
cuando lo ignoramos. Y se quejan, porque todos los estudios muestran lo mismo –
la mayoría de las mujeres necesitan estimulación directa del clítoris para lograr
el orgasmo. Y empero, ¿obtienen lo que desean de nosotros? Pareciera que no,
porque en el estudio de la sensibilidad sexual de la mujer de Shere Hite, la
mayor queja que tienen las mujeres es de la incapacidad del hombre para tomarse
el tiempo y la molestia en averiguar cómo quisieran ser estimuladas. Ahora, yo
no soy un experto. Pero usted quiere saber más, ¿correcto? Usted quiere saber
cómo encontrarlo, estimularlo, hacerle cosquillas, y preparar a su chica para
disfrutarlo. Ella lo adorará por eso, y si se toma el tiempo para preguntarle
qué es lo que quiere, ella todavía podría estar queriendo darle una
demostración de cómo llegar mejor al de ella.
Nervio sexual
El clítoris es puro nervio. Apenas a veintidós
semanas de haber sido gestada, una beba ya tiene formado su clítoris y ese
aspecto es el mismo que tendrá cuando la niña nazca. El clítoris es como una
pequeña columna griega clásica: se trata de una estructura cilíndrica con tres
secciones, frenillo, cuerpo y glande.
Pero no es fácil identificarlo a simple
vista. Las dos primeras secciones, frenillo y cuerpo, son subterráneas, están
ocultas bajo la piel de la vulva. La única parte que se puede ver claramente
cuando se separa la vulva es el glande que, a su vez, está bajo una cubierta
con forma de letra A, una capucha formada por la unión de los labios menores.
El glande se parece al pene por su forma de
corazón, pero no tiene abertura alguna. Está sobre el cuerpo del clítoris, que
es el que se extiende bajo el tejido muscular de la vulva. El cuerpo,
recubierto por una especie de traje de látex que en realidad es un tejido
fibroelástico, es la parte esencial del clítoris, el que hace danzar a las
mujeres hacia el orgasmo, aunque a veces para estimularlo sólo se les acaricie
suavemente el monte de Venus.
Como está tan oculto, el clítoris es muy difícil
de medir. En una beba recién nacida llega a los cuatro o cinco milímetros, pero
crece cuando la mujer crece hasta alcanzar una longitud adulta promedio, desde
la base hasta el glande, de unos dieciséis milímetros. Su característica más
notable: no tiene ninguna finalidad práctica. Es meramente un haz de
terminaciones nerviosas, 8.000 para ser exactos, una concentración mayor que la
que se da en el resto del cuerpo en un solo órgano, incluidas las puntas de los
dedos, los labios y la lengua. Ese lujurioso entretejido nervioso (dos veces
mayor que el del pene) es la razón por la que a veces duele, pero también el
secreto de su éxito orgásmico: el clítoris es un órgano puramente sexual.
Las fases femeninas durante el sexo
Las fases femeninas durante el sexo
Los sexólogos han dividido el
ciclo de la respuesta sexual femenina en cuatro fases, excitación, meseta,
orgasmo y resolucion. Estas son definiciones arbitrarias y una persona no es
probable que este enterada de que su cuerpo experimenta cada fase en forma
individual. La cantidad de tiempo que una persona pasa en cada fase, e incluso
el orden en el cual la experimentan puede variar. Una mujer en una cita puede
excitarse varias veces, sin saberlo y sin alcanzar la fase de la meseta. Ella
puede experimentar excitación y la fase de la meseta durante una sesión de
baile, pero vuelve a su estado normal durante el regreso al hogar. Una vez en
casa ella puede experimentar rápidamente la excitación y el orgasmo como
resultado del estímulo genital directo sin experimentar la fase de la meseta.
La manera en la cual una persona experimenta cada fase es única, e incluso ésta
cambiará dependiendo del humor y con quien este.
Excitación
Mientras que la erección del pene es la
evidente manifestación de la excitación sexual masculina, en la mujer se
observan varios cambios que muchas veces no son tan obvios para la pareja
masculina:
Las
paredes vaginales se lubrican. Una vez iniciada la estimulación
sexual femenina (bien sea física, a través del área genital, de las mamas o de
otra zona erógena, o mental) las paredes vaginales se congestionan por el mayor
aflujo de sangre lo que conduce a la aparición de un flujo lubricante en la
vagina y la vulva. La rapidez del comienzo de ésta lubricación varía de una
mujer a otra, siendo generalmente entre 10 y 30 segundos después de iniciado el
estímulo. Es importante anotar que la lubricación vaginal es esencial para el
mantenimiento de un coito confortable, sin embargo, el hombre debe saber que el
hecho de alcanzar una adecuada lubricación no es suficiente fundamento para
pensar que la mujer ya está en la fase óptima para comenzar el coito, son
necesarios otros cambios antes que ella esté “eróticamente preparada”.
Congestión
del clítoris. Como ya dijimos, la constitución del clítoris es
igual a la del pene, tiene un pequeño bulbo similar al glande (la punta del
pene) y se hincha como él una vez que la mujer se excita, hasta casi doblar su
tamaño normal. El volumen del clítoris es diferente entre una mujer y otra, sin
embargo, tal como sucede con el pene, su tamaño no tiene relación directa con
el grado de satisfacción sexual obtenido en el orgasmo.
Congestión
de las mamas. La erección de los pezones, dada por las
contracciones de las fibras musculares alrededor de ellas, ocurre durante la
fase excitatoria. Generalmente se produce la erección de un pezón primero que
el otro, fenómeno también presente en algunos hombres. Esta erección de los
pezones ocurre por el mismo mecanismo que se produce la erección del pene y del
clítoris, es decir, por un mayor aflujo de sangre a ésta zona. Las mamas se
hincharán aumentando su tamaño durante la fase excitatoria y las areolas (la
zona alrededor de los pezones) también se tornarán turgentes.
La
vagina aumenta su volumen. La vagina realmente es una cavidad
virtual, es decir, ella normalmente tiene unidas su paredes que, durante la
penetración del pene, se separan formando la cavidad real. Durante la fase
excitatoria, el útero se “extiende” hacia atrás haciendo que se forme el
cilindro vaginal que permitirá el ingreso del pene. Además, las paredes
vaginales que normalmente tienen apariencia arrugada durante ésta fase se tornan
lisas y húmedas.
Otros
cambios corporales. La mujer y el hombre durante la excitación
sexual aumentan la frecuencia de su respiración y del ritmo cardiaco; la
tensión arterial se eleva levemente y los músculos voluntarios presentarán
ciclos de relajación y tensión. Existe una característica femenina en ésta
fase: en el 75% de las mujeres se observarán oleadas o flushes de
enrojecimiento en la piel de la parte alta del abdomen, fenómeno que también
puede observarse en todo el cuerpo.
Meseta
Durante la fase de la meseta una mujer puede
experimentar:
· Un aumento marcado de la tensión sexual.
· Vaso congestión creciente en la vagina la cual causa la inflamación del
tercio externo de la vagina, dando por resultado que la apertura vaginal
disminuya de tamaño, quizás un 30-40%.
· Los dos tercios internos de la vagina se hinchan hacia fuera. Una mujer
puede experimentar un deseo fuerte de ser llenada y un dolor vaginal.
· La cantidad de lubricación vaginal puede disminuir durante esta etapa,
especialmente si ésta es prolongada.
· El clítoris llega a estar cada vez mas erguido, las glándulas se mueven
hacia el hueso púbico encubriéndose por el monte.
· Los labios menores aumentan considerablemente en espesor, quizás 2-3 veces.
· El aumento de los labios internos pueden separar los labios externos dando
por resultado la apertura vaginal que llega a ser más prominente.
· El color de los labios menores cambia considerablemente. Yendo de rozado al
rojo para las mujeres que no han dado a luz, del rojo brillante al vino
profundo en las mujeres que han tenido hijos. Los colores reales pueden variar,
pero no el cambio marcado en el color.
· La areola, el área pigmentada alrededor de los pezones, comienza a
hincharse.
· Los pechos pueden aumentar de tamaño 20-25% para las mujeres que no han
dado el pecho, para las mujeres que lo dan, allí el aumento de tamaño es menor
o ninguno.
· 50-70% de las mujeres experimentan un “rubor del sexo” en sus pechos y
otras áreas del cuerpo, resultado del flujo creciente de la sangre cerca de la
superficie de la piel.
· El ritmo cardíaco aumenta, quizás latiendo perceptiblemente.
· Hay un aumento marcado de la tensión sexual en los muslos y las nalgas.
· El cuerpo de la mujer esta completamente listo ahora para la cópula
vaginal.
En un informe de Masters and Johnson, señalan que nunca observaron a una mujer experimentar un orgasmo sin antes experimentar el cambio dramático en la coloración labial. Si una mujer experimentó este cambio de color, probablemente experimentará el orgasmo.
Si usted mira todos los cambios físicos en los
órganos sexuales internos y externos, usted puede ver que las mujeres no están
preparadas completamente para la cópula hasta estar bien adentro de la fase de
la meseta.
El cuerpo de una mujer señala la preparación abriendo la vulva,
exponiendo su apertura vaginal. La humedad vaginal solamente no indica la
preparación. Esto quizás indica que las mujeres necesitan rituales prolongados
de excitación antes de la cópula vaginal.
Orgasmo
Durante la fase del orgasmo una
mujer puede experimentar:
· Las contracciones rítmicas del músculo ocurren en el tercio externo de la
vagina, del útero y del ano. Las primeras contracciones del músculo son las más
intensas, y ocurren en un índice de poco más de 1 por segundo (0,8 segundos). A
medida que el orgasmo continua, las contracciones llegan a ser menos intensas y
ocurren mas al azar. Un orgasmo suave puede tener 3-5 contracciones, uno
intenso 10-15 contracciones.
· El “rubor del sexo” llega a ser mas pronunciado y puede cubrir un mayor
porcentaje del cuerpo.
· Los músculos a través del cuerpo pueden contraerse durante el orgasmo, no
solo los del área pélvica.
· El orgasmo también ocurre en el cerebro, según lo indicado en ondas
cerebrales.
· Algunas mujeres emitirán o rociarán un poco de líquido de su uretra durante
el orgasmo. Esto a menudo se llama eyaculación femenina. Las mujeres señalan a
menudo orgasmos muy fuerte cuando esto ocurre.
· La vasocongestión puede ser evidente a través del cuerpo, especialmente en
la cara, las manos, los pies. La expresión facial de una mujer puede indicar
que ella esta con dolor cuando esta teniendo un orgasmo agradable.
· En el pico del orgasmo el cuerpo entero puede llegar a quedar
momentáneamente rígido.
De nuevo, Masters y Johnson informa: Las mujeres describen a menudo las sensaciones de orgasmo como comenzando con un sentido momentáneo de la suspensión, seguido rápidamente por una sensación intensa agradable que comienza generalmente en el clítoris y se separa rápidamente a través de la pelvis.
Las sensaciones físicas de los órganos genitales se describen a menudo
como calientes, eléctricas, y éstos separados generalmente a través del cuerpo.
Finalmente, la mayoría de las mujeres sienten contracción muscular en su vagina
o bajo pelvis, a menudo descrito como “palpitar pélvico”.
Resolución
Durante la fase de la resolución
una mujer puede experimentar:
· Si el estímulo sexual continúa, una mujer puede experimentar uno o más
orgasmos adicionales.
· La vagina y la apertura vaginal, vuelven a su estado relajado normal.
· Los pechos, los labios, el clítoris y el útero vuelven a su tamaño,
posición y color normales.
· El clítoris y los pezones pueden ser tan sensibles que cualquier estímulo
podría ser incomodo.
· El “rubor del sexo” desaparece.
· Puede haber transpiración y respiración fuerte.
· El corazón puede latir rápidamente.
· Si no ocurre el orgasmo, una mujer experimentara lo que arriba se describe,
pero en una forma mucho mas lenta. La sangre atrapada en los órganos pélvicos,
no siendo disipada por contracciones orgásmicas de los músculos, pueden dar
lugar a una sensación de pesadez y malestar pélvico.
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