miércoles, 17 de abril de 2013

HAY QUE APRENDER A SENTIRSE COMODOS EN LA INCERTIDUMBRE

viernes, 12 de abril de 2013

Hay que aprender a sentirse cómodos en la incertidumbre


por Tulku Lama Lobsang
  
Un pensamiento adecuadopuede ayudarte al principio,“Todos los cambios son difíciles porque requieren un esfuerzo, un pequeño dolor. Pero la elección está entre este pequeño dolor o el gran dolor de seguir presos de nuestros errores, bloqueos y sufrimiento, y repetirlos a perpetuidad”.
La felicidad es precisamente no pensamiento. En cualquier momento de felicidad que tengas, observarás que no hay pensamientos. Sin embargo, siempre estamos buscando la felicidad a través del pensamiento; buscando razones, técnicas o estrategias para ser feliz. Cuando, en realidad, para ser feliz sólo necesitas acallar el pensamiento y abrirte.

¿De qué hablamos cuando hablamos de la mente?

En occidente se tiende a identificar la mente y el pensamiento, pero no son lo mismo. La mayor parte del tiempo nos dejamos llevar por el pensamiento, reflexionando sobre las cosas, en una reflexión que, generalmente, nos aleja del silencio, la paz, la claridad, que es realmente la naturaleza de la mente.

La felicidad es precisamente no pensamiento. En cualquier momento de felicidad que tengas, observarás que no hay pensamientos. Sin embargo, siempre estamos buscando la felicidad a través del pensamiento; buscando razones, técnicas o estrategias para ser feliz. Cuando, en realidad, para ser feliz sólo necesitas acallar el pensamiento y abrirte.

Sin embargo, aunque en la felicidad no haya pensamiento, ¿el pensamiento sí puede ser una forma de empezar a acercarnos a la felicidad, de comenzar su búsqueda? Un pensamiento adecuado puede ayudarte al principio, aunque sea para destruir con argumentos nuevos los viejos pensamientos que te impiden ser feliz. Pero seguir pensando, sumar pensamientos, no te va a hacer más feliz, sino que puede ir sumando capas que cubren y esconden la felicidad que ya tienes dentro. Puedes usar el pensamiento, al principio, para acabar fuera del pensamiento.

¿Es complicada nuestra mente o son nuestros hábitos de pensamiento los que la hacen complicada?

Nuestra mente no es complicada. Lo que son complicados son nuestros pensamientos. El pensamiento puede ser muy útil, pero nos ciega, nos dejamos arrastrar por él. Comprendes las cosas, las ves, no necesitas más, pero sigues pensando aunque no lo necesites. Y lo complicas todo.

¿Cuáles son los principales enemigos de la mente, para conseguir la felicidad?

Básicamente, la ignorancia. Especialmente, esa ignorancia de no saber que no sabes. Creer que sabes todo lo que hay que saber, te hace mantenerte en tu postura y repetir errores. Repetir situaciones que te conducen a la infelicidad. Actitudes dirigidas por el miedo, el enfado, el apego, la confusión…

¿Cómo afrontar la ignorancia?


El primer paso es reconocerla. Decir: no sé nada. Eso te mantiene abierto a aprender. Lo que pasa es que mucha gente no puede aceptar esa incertidumbre, necesita respuestas rápidas, ya, y si no, se llenan de ansiedad, y para evitarlo se inventan las respuestas. Cualquier respuesta que les funcione durante un tiempo. Pero eso les sigue manteniendo en la ignorancia y en la repetición de errores y, por lo tanto, en el sufrimiento. Lo mejor que puedes hacer es aceptar que no sabes y que no necesitas saberlo todo para ser feliz.

¿Cómo afrontar el miedo?

El miedo aparece precisamente por la ignorancia y porque no la aceptamos. Nos aterra lo que no sabemos. Por eso, el mejor antídoto del miedo es la aceptación. El miedo es resistencia a lo desconocido y a veces, resistencia a lo conocido también. La mejor forma de afrontarlo es la aceptación.

¿Cómo afrontar el enfado?


La mejor medicina contra el enfado es el amor. Cuando una persona está enfadada con alguien, todo en esa persona lo ve mal, feo, criticable. Y por extensión, se enfada con el mundo, que es feo y criticable también. Entonces hay que practicar el amor; meditar en el amor y practicarlo.

Pero amar resulta difícil, cuando estás enfadada.

Es cierto, no llegas al amor de repente cuando estás enfadada, porque estás bloqueada. Quieres amar y te encuentras como un grifo que lo abres y no hay agua. Cuando eres presa del enfado, el amor no llega de repente, pero tienes que seguir intentándolo, seguir practicando. Sólo tú puede llegar a sentirlo, nadie te lo va a hacer sentir. Es tu elección.

¿Cómo afrontar el apego?


De la misma manera que el enfado. Con el amor. En castellano decimos “te quiero”, y en ese concepto está intrínseco el apego, la propiedad. Sustituye la palabra “amor” por “dar”. Cuando digas “yo te amo” piensa en “yo te doy”. Practica el dar, más que el controlar, en el amor. Deja a un lado las expectativas y las exigencias. Ama con libertad. A las personas, las cosas, las situaciones que más te gustan en la vida. Entrégate a la experiencia, disfrútala, pero no quieras retenerla.

El mejor antídoto del apego es el amor; y sin embargo, demasiado a menudo cometemos el error de identificarlos y nos convencemos de que cuanto más apego hay (celos, posesión, exclusividad, control, etc.) es mayor el amor. Uno de los más grandes errores.

¿Cuál es la diferencia entre meditar y practicar?


Meditar significa acallar la mente, observar los pensamientos que aparecen, dejarlos pasar, afrontar sin miedo los sentimientos que aparecen, recuperar la calma, instalarse en la claridad. Puedes meditar en quietud o en movimiento. Por otra parte, la práctica consiste en ponerse en acción: practicar el amor, la paciencia, desbloquearse, lo que sea. A través de ejercicios y, finalmente, en la vida cotidiana. La meditación es una buena preparación para la práctica.

¿Cómo organizarse cuando tenemos la sensación de que “no tenemos tiempo”?

Claro que tienes tiempo. Desde que te levantas hasta que te acuestas tienes tiempo; otra cosa es en qué lo utilizas. La realidad es que creemos que tenemos demasiado tiempo y por eso lo desaprovechamos o lo llenamos de cosas que nos complican la vida. Hay que hacer un esfuerzo para cambiar los hábitos. Por ejemplo: hablamos mucho, sin parar, todo el día. En cuanto encontramos a una persona, hablamos. Pero hablamos sin sentido. Puedes estar hablando durante 6 horas al día sin haber dicho casi nada útil, hablar por hablar. Y con una hora de hablar con consciencia podría ser suficiente, y dedicar el resto a otra cosa. Y está claro que dedicamos mucho tiempo del día a hacer cosas que no son imprescindibles y ni siquiera nos gustan mucho, y las usamos como distracciones o como formas de “llenar el tiempo”, “matar el tiempo”. Pero, piénsalo bien, “matar el tiempo” es matar tu propia vida. Claro que tienes tiempo, pero a lo mejor hay que cambiar la forma en que usas el tiempo.

¿Cómo afrontar la confusión y la ignorancia?


Cuando te sientas demasiado confusa, deja de pensar, porque pensar en exceso te lleva a más confusión. Párate un rato, abandona el tema y dedícate a otra cosa que no requiera más pensamiento. Al igual que cuando está cansado tu cuerpo le permites descansar, deja descansar tu mente. ¿Cómo? Muévete, haz ejercicios físicos, estira tu cuerpo, salta, sal a correr… Y luego, retoma el tema otra vez. Lo más difícil es dejar de pensar cuando te sientes arrastrada por una obsesión. Pero hay que parar, y volver a empezar más tarde, más fresca.

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. ¿Por qué nos enfrentamos tantas veces al mismo problema (celos, exigencias, perfeccionismo, etc.) aun cuando lo vemos venir? ¿Forma parte de la naturaleza humana o es que no aprendemos? Y si es así, ¿por qué no aprendemos?

Todos los cambios son difíciles, requieren un esfuerzo, un pequeño dolor. Pero la elección está entre un pequeño dolor (el cambio) o un gran dolor (seguir presos de nuestros errores, bloqueos, sufrimiento, y repetirlos a perpetuidad). Cada vez que tengas un problema, cuando lo veas venir, míralo y pregúntate: ¿puedo controlarlo o no? Si está en tus manos, lo resuelves, y si no, lo aceptas. Una vez que aceptas la situación, ya no repetirás el problema a nivel mental; es decir: ya no lo vivirás más con ansiedad, miedo, rechazo, enfado, etc.

Por una parte, queremos simplificar nuestra vida y conseguir un estado de armonía tranquila. Por otra parte, social y culturalmente (en el cine, en la literatura, en los mitos sociales) se nos presentan como mucho más interesantes los personajes más complicados, con tormentas emocionales. Esto resulta una gran contradicción a la hora de educar a nuestros jóvenes, o de autoeducarnos.

¿Cómo transmites la importancia de ser buenas personas, sencillas y amables cuando el mensaje mediático es que “los chicos malos heredarán la tierra”?

Con el ejemplo. Si eres una persona feliz, probablemente intentarán repetir tus pautas de vida, antes o después. Quizás no durante la adolescencia, porque se perderán y se encontrarán mil veces en su propia búsqueda, pero sí más adelante.

Pero, finalmente, cada cual toma sus propias opciones y eso no depende de ti: pueden elegir el camino del amor y la felicidad o el de los torbellinos emocionales y seguir sufriendo. Déjales. En ese caso, quizás lo que necesitan es sufrir mucho más, hasta el límite, hasta que no lo soporten más. Hay personas que sólo entonces reaccionan y aprenden a amar a los demás: por necesidad de supervivencia. Otras personas eligen la vía del amor por puro cansancio de sufrir, por puro aburrimiento. Entonces descubren que el amor hace la vida más intensa, alegre y gratificante.


Entrevista realizada por: Marié Morales.



GHB - Informacion difundida por http://hermandadblanca.org/


Tomado de Portal Dorado 

NO SE LO PIDAS A DIOS

No se lo pidas a Dios

Escrito el abril 16 2013 a las 9:56 am en Varios
 
Si quieres algo que puedes lograr tú mismo, no se lo pidas a Dios; ve y haz lo necesario para conseguirlo.

No le pidas a Dios que acarree tu equipaje si tienes dos buenos brazos. Dios no es el gran botones en el cielo. De todas maneras, si puedes dar órdenes a Dios, quiere decir que tú eres Dios. Si no lo puedes mandar, sencillamente significa que eres un dios menor. Sigues siendo el dios de tu propio ser, de tu propio universo interior.

¿Qué sucede en tu universo cuando te molestas, estás deprimido y miserable? Supongo que estás creando terremotos en tu planeta. Tal vez estés destruyendo a tus habitantes. Tal vez seas uno de esos dioses iracundos que gobiernan por medio del temor.

¿Es de esa manera que quieres que Dios sea contigo? No. Estoy seguro que quieres que Dios te cuide, sea amable y benevolente y que te de lo que necesitas. Si así es, tal vez te convenga estar atento a lo que estás haciendo en tu propio universo.

- John-Roger

CUANDO TE CASTIGAS CON PALABRAS HIRIENTES

Cuando te castigas con palabras hirientes

Escrito el abril 16 2013 a las 10:06 am en Autoconocimiento 

Te repites a menudo frases como “hago todo mal”; “a mi nada me sale bien”; “soy un desastre”; “a mi nadie me quiere”; “¿quién me va a mirar?”; “¿a quién le va a interesar lo que digo”; etc.

Expresiones como estas, que a simple vista parecen inofensivas, te lastiman más de lo que te imaginas. Ni siquiera te percatas cuántas veces al día te las recalcas pero, si te detienes solo un momento, notarás que así te hablas una y otra vez.

A medida que vamos repitiendo estos conceptos negativos más los internalizamos y terminamos creyendo que esa es nuestra verdad. Lo más triste es que, si creemos que así somos  entonces así actuamos y así nos tratan los demás y casi sin darnos cuenta nos hacemos mucho daño.

Pero esta no es tu verdad, solo son conceptos que fuiste adquiriendo del entorno y que no te detuviste a pensar si te convenía o no aceptarlos. Entonces los tomaste como propios y terminaste haciendo de ellos tu manera de calificarte.

Hoy quiero decirte que no tienes que seguir castigándote más, que no te hace bien y que solo detiene tu crecimiento.

Y, para que puedas modificarlo, te muestro alunas cosas que puedes hacer:

Primero:

Tómate  un momento y piensa qué dices de ti misma(o), cuáles son tus creencias, cómo te describes y calificas. De ser posible escríbelas. Este simple ejercicio te hará darte cuenta cómo te estás catalogando.

Segundo:

Evalúa si te sirve seguir pensando así o te convendría modificar algunos conceptos. Esto te permitirá cuestionar tus creencias limitantes y hacerlas conscientes.

Tercero:

Si decides que ya es hora de cambiar estas sentencias entonces elige por cuáles decides hacerlo.
Por ejemplo si creías “hago todo mal” puedes empezar a repetirte “hay cosas que me han salido bien”. 
 Con esta frese podrás cambiar la percepción errónea que te atormentaba e ir creando otro concepto que te ayude a vivir mejor.

Si descubres que estás llena(o) de juicios negativos no te culpes ni pienses que es responsabilidad de los demás (padres, tutores, seres próximos a ti) y sobre todo, no busques cambiarlos todos al mismo tiempo porque lo único que lograrás es frustrarte.

Más bien inicia este camino de a un paso a la vez, de a un concepto a la vez.

Esta será la mejor manera de cambiar aquello que te menoscaba por elogios que te fortalezcan como persona y afiancen tu Autoestima.

Recuerda también que es muy  importante ser tolerantes con nosotros mismos y respetar nuestro propio tiempo de transformación y si vuelves a menospreciarte solo inicia el proceso nuevamente.

Así notarás como lograrás sentirte más segura(o) de ti misma(o) y obtener el respeto y la apreciación de los que te rodean.

Andrea Marti­nez 

www.imagenyautoestima.com.ar
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