El horario de invierno afecta nuestros hábitos: ¿realidad o sugestión?

Adelantar o atrasar las manecillas del reloj por la entrada del horario de verano o de invierno resulta complicado para algunos, y en otros casos puede traer ventajas.

El próximo domingo 31 de octubre termina el horario de verano y da entrada al horario de invierno. El Centro Nacional de Meteorología (CENAM), explica que para el cambio de horario es necesario atrasar el reloj una hora y se recomienda hacer esto a las 2:00 AM de ese día o antes de dormir, para “minimizar los posibles efectos adversos para la sociedad en general”.

Según la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), el horario de verano es considerado una medida que “nos acerca a lo natural”, es decir, que los ajustes a los que se somete el organismo no son forzados, ni ajenos a los procesos normales que el cuerpo realiza diariamente.

“Está totalmente comprobado que esta medida no tiene ninguna repercusión negativa sobre la salud de la población, ni tratándose de niños o ancianos”.

La CONUEE indica que a partir de la puesta en marcha del horario de verano en México y otras partes del mundo, diversos estudios realizados por dependencias del sector salud y energético, por la Universidad Nacional Autónoma de México y otras instituciones, han avalado que este esquema de cambios de horario “no afecta la capacidad de aprendizaje o de concentración, por lo que el nivel de aprovechamiento de los niños en edad escolar no se altera por la aplicación de esta medida”.

Independientemente de los argumentos anteriores, en la vida diaria sabemos que la distracción es el factor que puede hacer que el horario de verano sea una pesadilla.

Si cuando éste entra en vigor, no adelantas tu reloj, lo peor que puede pasar es que llegues tarde al trabajo o a la escuela, que no atiendas tus citas a tiempo, que pierdas un vuelo o que dejes plantado(a) en el altar a tu novio(a); fuera de eso, algunas de las consecuencias físicas que acarrea la adaptación al nuevo horario y que se pueden presentar los primeros días son: sueño, confusión, hambre antes de tu hora normal de comida y ausencia de sueño por la noche.

Los efectos del horario de invierno resultan ser más benéficos, que negativos. Seguramente el próximo domingo tendremos la sensación de que ganamos una hora de sueño y nos levantaremos con energía, además de que por el día tendremos más luz natural, pero es muy probable que a los distraídos no les vaya tan bien y lleguen una hora antes a sus compromisos.

Según los expertos, sólo es cuestión de un par de días para que el cuerpo se adapte al nuevo horario y la recomendación principal con el horario de invierno es no olvidar atrasar el reloj, ¡no se nos vaya a hacer temprano!

Fuente: Universia