EL JUEGO DE LA VIDA (libro) FLORENCE SCOVEL SHEEN
http://books.google.com.mx/books?id=V3e0Q65vGjAC&printsec=frontcover&dq=EL+JUEGO+DE+LA+VIDA&hl=es&ei=2aOCTpKUBKOtsQLxr8CUDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CDEQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false
sábado, 26 de noviembre de 2011
DEL PORTAL DIMENSIONAL - ALGUNAS CLAVES SOBRE EL EGO
Algunas claves sobre el ego espiritual
Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás.
¿Cuáles son? Algunas escuelas han
tergiversado estas enseñanzas, quizá sin ninguna mala intención, con lo
que han llevado a muchas personas a cometer errores y a frustrarse en
sus expectativas.
Algunos de los errores más comunes son los siguientes:
Algunos de los errores más comunes son los siguientes:
1.ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE
PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O EN ÁNGELES, O EN CUALQUIER OTRA
FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA
Lo único que logra este tipo de
ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder
que nosotros. Nuestra mente percibe que hay algo allí afuera que
puede, por ejemplo, lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las
enseñanzas espirituales, TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede
hacernos daño.
“En realidad, debería practicarse algún
tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal. Este
ejercicio podría decir: Vaya donde vaya, o este, donde este, siempre estoy a salvo, estoy
rodeado de hermanos y de todo lo que necesito para mi proteccion y de los que me rodean, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo
amor en todas partes”.
En síntesis, al elegir qué ejercicio mental o
meditación hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza
divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.
Muchas personas creen que repitiendo
ciertas afirmaciones pueden transformar su situación personal, lo que
encierra un error. No son los pensamientos lo que determinan nuestra
realidad sino nuestras “creencias”. Solamente los pensamientos que
hemos interiorizado y tomado como nuestra verdad son los que se
manifiestan.
Dicho de otra manera, aquello que “sentimos” internamente que es así es lo que toma forma en el mundo externo.
La mente humana produce un promedio de
60,000 pensamientos diarios, la mayoría de los cuales son negativos.
Las afirmaciones son necesarias para lograr implantar una creencia
nueva en nuestra mente subconsciente y la repetición de estas
afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le
agregamos la emoción o sensación que acompaña a esa idea, no la
interiorizamos como una verdad dentro de nosotros.
La repetición de palabras carentes de
emoción no es efectiva. Por lo tanto, si yo repito “Vaya donde vaya,
estoy siempre a salvo” pero no me siento realmente seguro, de nada me
servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales, meditaciones o
visualizaciones que fomenten las creencias de: paz, armonía y
prosperidad.
2.ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN
Se puede enviar luz o energía a otras
personas para que se curen de cierta enfermedad, para que mejoren su
situación económica, su vida afectiva, y demás.
La mayoría de estos ejercicios se
parecen más a una forma de manipulación que a una verdadera ayuda
espiritual. Primero y principal: si se va a ayudar a otro, hay que
asegurarse de que la persona lo pida y lo necesite. Si esto no se da,
tenemos que trabajar con lo que estamos percibiendo, porque “el
problema” es algo personal que nos atañe a nosotros mismos y no a la
persona que está sufriendo.
La mayoría de los problemas son sólo
momentos de prueba que está viviendo un individuo; son necesarios y muy
útiles para el “despertar de su conciencia”. Nunca sabemos en realidad
desde afuera cuán importante puede ser para cada persona la situación
que está atravesando en determinado momento. Podemos percibir esa
situación como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero
cualquiera sea nuestra interpretació n nunca será correcta ni completa.
El enviar la luz a la persona podría
acelerar o entorpecer su ritmo personal. Nuestra intervención es
innecesaria y la mayoría de las veces, no es más que un deseo egoísta
de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta
angustia o dolor. Personalmente, recuerdo que una vez se acercó un
amigo íntimo a decirme que estaba muy preocupado por mi situación. Yo
le respondí que su preocupación no me ayudaba, que si realmente quería
hacer algo bueno por mí, tenía que confiar en mí y saber que mi Guía
Interior me revelaría en el momento adecuado lo que yo necesitaba
hacer.
En lugar de enviar luz a otros cada vez
que veas una situación difícil, comienza por enviarte luz a ti mismo
para que tu Guía Interior te haga ver la Verdad que está operando en
dicha situación.
3. CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE
No vamos hacia Dios, YA ESTAMOS EN
DIOS. Todo lo que nos rodea forma parte del gran cuerpo universal de
Dios. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro Espíritu es Perfecto y
Completo; no puede ni tiene que evolucionar.
En realidad, es un problema semántico,
ya que la evolución espiritual no existe. Lo que queremos significar
con eso es el despertar de nuestra Conciencia a esa perfección y cuanto
más rápido lo hacemos, más plenos y felices vivimos.
Tal vez el error provenga de las
enseñanzas religiosas que nos dicen que Dios está “en el cielo”, como
si nosotros estuviéramos separados de Él. Nosotros y el “cielo” somos
UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a vivenciarlo; en eso consiste
nuestra Evolución de Conciencia o Despertar Espiritual.
4.ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR ENFERMO O ATRAVESANDO ALGÚN TIPO DE CRISIS
En nuestra cultura está bien visto que
uno se aflija o sufra a la par de sus seres queridos; sin embargo, eso
sólo aumenta el pesar. Si interpretamos nuestro pesar desde otro nivel,
esto significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la
crisis que en la solución.
Cuando te afliges por la enfermedad de
un ser querido, agravas esa enfermedad, le das más fuerza y poder. La
solución es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá de
nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está actuando y
que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido,
si así lo desea dicha persona.
Lo mismo ocurre con cualquier tipo de
problema o crisis. Si nos afligimos, es porque nuestro ego ha aceptado
que hay una fuerza más potente que el Poder Divino.
5.CREER QUE UNO HA SIDO “ELEGIDO” POR DIOS
Muchas personas que estudian en
escuelas esotéricas se sienten especiales y evolucionadas. Sienten que
Dios los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y
evolución; que la información que va a recibir es muy importante y no
puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas, porque no
tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso.
Esta presunción se convierte en una
forma de arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos
privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados
o perdidos en la vida.
Esta forma de arrogancia también se ve
en las religiones que se sienten propietarias de Dios. Si uno no sigue
su culto, está perdido. En el Universo existe un solo Dios y es el
mismo para Todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle
culto, crean dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todos adoramos al
mismo Dios.
Todos somos iguales ante los ojos de
Dios. Para Él, nadie está más adelante ni más atrás. Nadie vale más ni
menos. Cualquier interpretació n y clasificación como ser especial
corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo divino.
6. SACRIFICARSE POR OTROS
No hay nada más inútil e
insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan
por los demás deberán hacerse con amor o, de lo contrario, evitarse.
Todo lo que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni
molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera
presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.
El sacrificio por los demás está
aprobado socialmente y es muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por
ejemplo, por los hijos, por los padres, por la pareja, por la
profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la
institución religiosa a la que pertenece, por la empresa que da
trabajo. La lista podría ser interminable y no es más que un muestrario
de la acción equivocada de nuestro ego.
El sacrificio va muy de la mano con la
manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida de lado por
los hijos, tarde o temprano, usará su postura como válida para exigir
algo de ellos; el novio o novia que cambia su rutina y deja de hacer
ciertas actividades por el otro tratará después de exigir lo mismo.
La próxima vez que vayas a sacrificarte
por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud
de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del
amor. Haz las cosas con amor o no las hagas.
7. DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO
Es cierto que los materiales tienen su
propia energía y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos
cristales cuarzos) produce cambios en nuestra vibración personal y que
pueden ayudarnos en el proceso curativo. También es cierto que algunas
figuras, imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos
estimulan; a veces para bien, otras para mal.
Las estampas religiosas y otros
objetos, tales como cadenas con cruces, estrellas de David y demás nos
recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema es que la mayoría
de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del
que en realidad tienen.
Hay personas que se sienten indefensas
sin su cruz, la estampita de su santo protector, su cristal preferido o
cualquier otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios.
Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina a ese
objeto. Dios es Omnipresente: está aquí, allá y en todas partes.
Lo peor sucede cuando una persona
extravía su amuleto o éste se le rompe. La mayoría de las veces esto se
interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea
es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección y
que, en consecuencia, las energías negativas pueden afectarla.
Vivimos en un Universo Mental. “Todo lo
que Creemos se hace Realidad“. ¿Por qué no creer entonces que el mejor
amuleto con el que cuento es mi Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede
despojarnos de lo que somos realmente.
8.CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO
Sentir que gracias a uno otras personas
se iluminan o, al revés, que la presencia de otros nos devuelve la luz
es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es Interna, es tu
Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con
lo que escuchas de afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero,
apenas aceptes a alguien como tu ídolo, comenzarás a fabricar tu
propia decepción. Ocurre lo mismo si alguien te ha entronizado y te ha
tomado como líder; en algún momento los problemas de tu vida personal
lo decepcionarán.
Todos aprendemos y enseñamos al mismo
tiempo. Por tal motivo, es conveniente mantener una actitud receptiva
hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia
producen en nuestro interior.
No eres el salvador ni la guía de
nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos ni de tus esfuerzos.
Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará ni te salvará,
excepto tú mismo.
El mejor Guía con que contamos está
dentro de Nosotros. Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a
nada; nos indica siempre el camino más corto y más feliz, nos da la
idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos
encontrar.
Por eso, es conveniente practicar
meditación y ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si
vives de prisa, tenso, angustiado y con un ritmo acelerado, seguramente
no oirás la “voz de tu intuición” y buscarás guías externas.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio.
Evita idolatrarlas y evita también ser
idolatrado. Recuerda siempre que la “Guía más válida y acertada está
siempre dentro de ti.
9.CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIÓN TEÓRICA
Tendemos a caer muy fácilmente en la
creencia de que las personas que nos enseñan son adelantadas y que ya
han superado muchas pruebas en su vida. En algunos casos, esto es
totalmente cierto; en otros, no. El hecho de que una persona transmita
una determinada información no la coloca en un grado superior.
Debes recordar que cualquier forma de idealización o selectividad corresponde al terreno del ego.
Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás.
Son aquellos que nos traen problemas.
Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que
aprender porque nos ponen a prueba.
Todas las religiones del mundo enseñan
que Dios es Amor, que vivir con Dios significa expresar Amor a los
demás. Algunas personas asisten a templos, iglesias, o escuelas
esotéricas, donde reciben esta información, pero luego van a sus casas y
se pelean con sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus
jefes, a los políticos, a los animales, a individuos de otras razas o
culturas. Ellos todavía no han aprendido la lección y la vida los
llevará a enfrentarse una y otra vez con la misma situación o persona…
hasta que aprendan a mostrar amor.
Haciendo una comparación con la
enseñanza tradicional, los líderes espirituales o religiosos son los
“libros” que nos dan la información; las personas que nos traen
problemas son los maestros que “nos toman el examen” para ver si
pasamos la prueba o no.
Existe una Ley en el Universo: Todo lo
que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos
“pega”. Esto ocurre hasta que aprendemos a amar la situación.
Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.
10. CREER QUE UNO NO PUEDE ENFADARSE, TEMER, O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIÓN NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO ESPIRITUAL
Esta creencia nos lleva a una gran
represión de la ira y de los enojos, que hacen su reaparición más tarde
bajo la forma de rencor, crítica o rechazo.
Mientras estamos en el plano terrenal, vivimos las sensaciones y las emociones de este plano.
Algunas de ellas son muy placenteras, otras no.
El tener un conocimiento intelectual
acerca de la acción destructiva de ciertas emociones no las hace
desaparecer. Uno puede saber lo malo que es el enojo y, sin embargo, no
puede evitar enojarse.
En realidad, uno sí puede evitar
enojarse, o asustarse o angustiarse, pero eso exige un entrenamiento.
Durante dicho entrenamiento, hay momentos en que podemos dominar la
rabia y la ansiedad, y otros en los que nada puede calmarnos.
Una vez
que aparece el enojo, lo mejor es descargarlo de la manera más positiva
posible. Es mucho peor reprimirse e intentar decir: “Todo está bien en
mi mundo”, cuando uno internamente está sintiendo el deseo primitivo
de querer atacar a alguien.
La mayoría de las personas que
transitan el terreno espiritual son muy exigentes consigo mismas y
pretenden erradicar completamente de sus vidas este tipo de reacciones.
Esto no resulta desacertado pero se logra a través de un proceso.
Sé
amable contigo mismo y, de vez en cuando, date el permiso necesario
para maldecir, golpear un almohadón, gritar, llorar y expresar, como
mejor te resulte, todas las emociones negativas que te toca vivir.
La mayoría de los errores aquí
enunciados están generados por la actitud crítica de nuestro propio
ego. El ego no puede desaparecer porque necesitamos de él para actuar
en este plano. La “solución” es ponerlo alineado con nuestro Espíritu.
Amablemente, le podemos decir al ego
que: “A partir de ahora, deberá seguir las indicaciones de un nuevo
Maestro amoroso, amable, paciente y permanente, que nunca juzga y que
sabe que siempre estamos haciendo lo mejor que podemos”. Si seguimos
las indicaciones de nuestro Maestro Interior, nunca podemos fallar.
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