miércoles, 17 de febrero de 2016

RECONECTATE - Sanate

¿Funciona para todos la sanación reconectiva?

A little child is walking in the woods holding a light and looking at a glowing red door on the path for a mystery or imagination concept.

El regalo de adentrarnos en la Sanación Reconectiva es que nos permite facilitar sanaciones que son mucho mayores, que tienden a durar de por vida y que muchas veces son instantáneas. ¿Pero sabemos por qué? No. Cuando decimos que conocemos la respuesta, entonces, en ese punto, dejamos de aprender. Pero cuando estamos dispuestos a no saber, de repente todas las posibilidades y el potencial del mundo se abre a nosotros. Son simplemente los bloques que nos permiten hacer mejores preguntas, porque nuestro crecimiento viene de la voluntad de preguntar.

A medida que nos permitimos no saber, descubrimos que observamos más y más. Y al no saber cómo funcionan las sanaciones, simplemente descubrimos y observamos sanaciones más y más grandes de las que hemos visto en el planeta antes.

La sanación reconectiva permite una sanación profunda


Además, no es la enfermedad que se sana. Es el individuo. Tres personas pueden tener el mismo diagnóstico, el mismo conjunto de síntomas, y recibir tres conjuntos diferentes de los resultados; dependiendo de lo que sea adecuado para esa persona en el curso de su vida. Niños con parálisis cerebral y epilepsia – como vienen muchos de ellos – después de tan sólo una sola visita, de repente pueden caminar, jugar y hablar normalmente, ya no tienen convulsiones, no toman medicamentos, no los necesitan. Y, sin embargo, para algunos niños podría haber solamente una respuesta parcial. O ese niño podría no mostrar ninguna respuesta en esa zona, pero podría tener una sanación en otra área. Por lo tanto, no es el proceso de la enfermedad que tiene la sanación, es la persona. Y no siempre sabemos la razón de estos diferentes retos de la salud en nuestras vidas. Lo que sí hay que entender es que pueden estar ahí por muchas razones; y no entendemos la mente de Dios. Sabemos que algunas personas pueden necesitar sus retos de salud para dar amor, otrAs para conseguirlo, y esta voluntad de observar y preguntarnos por los esplendores del proceso de sanación es la que nos ayuda a crecer.

Mi experiencia es que la Sanación Reconectiva siempre funciona. Pero a veces toma una forma diferente de la que puedas haber anticipado. Una mujer vino a verme una vez, condujo 4.500 kilómetros a través de los Estados Unidos, porque tenía un dolor en el lado izquierdo de la cara que era tan sensible que cualquier pequeño movimiento o brisa que pudiera venir la hería. Tuvo dos sesiones conmigo, y el problema no desapareció. Así que externamente podríamos decir, “Oh, la Sanación Reconectiva no funcionó, porque el problema no desapareció”. Pero lo que yo no sabía era que ella había perdido la audición cuando era una chica joven. Al final de la primera sesión ella recuperó la audición. ¿Funcionó la sanación? Sí. ¿Obtuvo el resultado que pensaba que debía tener? No, no necesariamente.

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La verdadera sanación trata de equilibrio


La verdadera sanación trata de equilibrio. No hay algo que sea sólo sanación física, o mental o emocional. La sanación devuelve todo a su equilibrio, pero si la parte física es la más obvia para nosotros, eso es lo que notamos. Si lo mental o emocional es lo más obvio para nosotros, eso es lo que notamos. Cuando nos enfocamos en deshacernos de un síntoma, nos enfocamos en deshacernos sólo de una parte del problema – el físico, el mental, el emocional – pero en la Sanación Reconectiva aprendemos que cuanto menos sepamos sobre por qué la persona piensa que ha venido a vernos, mejor es para ella, porque menos nos enfocamos en una parte del problema o en limitar el resultado de la sanación de acuerdo a lo que creemos que puede o no ser posible. En otras palabras, un verdadero practicante de Sanación Reconectiva no presta atención al supuesto problema o síntoma. En su lugar, interviene con una conciencia que permite el retorno a una vibración perfecta de energía, luz e información que, por lo tanto, permite que cualquiera de los desequilibrios que simplemente vibran fuera de la imagen y a la persona, regresen a su estado natural y óptimo de salud y equilibrio.

Cada uno experimentamos la Sanación Reconectiva de forma diferente. Tenemos diferentes sensaciones. Puedes experimentar presión, o como si tiraran, calor o frío, humedad o sequedad al mismo tiempo – lo que sé que suena muy extraño, pero una vez que lo sientes, lo reconoces. Pequeñas burbujas, largas pulsaciones… no importa lo que sientas. Lo que importa es que nos permitamos a nosotros mismos sentir, escuchar, realmente con un sentido diferente. Escuchar con la esencial de quienes y lo que somos.

En otras palabras, nuestro aprendizaje está en reconocer que la perfección de la sanación no es forzar o cambiar un síntoma. Dejemos eso para la medicina con diagnosis, con medicamentos, con operaciones. La sanación trata de volver de un estado de equilibrio. En otras palabras, tu rol más perfecto como sanador es tener el coraje de abrir la puerta y dejarla abierta. Es responsabilidad de la otra persona tener el coraje de elegir atravesarla.

Cualquiera puede aprender a sanarse


Lo que es más emocionante sobre esto es que cualquiera puede aprender a hacerlo. Y nuestra recompensa es muchas veces mucho más que la asombrosa experiencia de ayudar a alguien más a sanar. La Sanación Reconectiva es un camino de transformación tanto para el sanador como para la persona que recibe la sanación. La evidencia muestra que el sanador o practicante también recibe el regalo de las frecuencias de sanación.

Considera cómo funciona un ordenador o computadora. Tienes el hardware del ordenador e instalas el programa de software. El software te permite acceder a la información desde dentro del ordenador, y acceder a la información del campo de Internet… en algún lugar… por ahí fuera. ¿Y si nuestro cerebro es nuestro hardware? ¿Y si el ADN es nuestro software?

Esto es lo que estamos hacienda con este nuevo nivel de sanación, en ese sentido, facilitar la actualización del software humano. Esta actualización nos permite accede mejor a la información del cerebro, y a accede mejor a la información del Campo de Punto Cero, ese campo de “internet” multi-dimensional… ahí fuera… en alguna parte. Y la sanación que experimentamos es muchas veces más que sólo física.

La Sanación Reconectiva nos permite acceder más completamente a la recepción de los regalos del universo porque nos permite reconectarnos completamente con quienes somos. No sólo como seres físicos, sino como seres espirituales en el tiempo en que experimentamos la vida en forma física.

El próximo Programa de Formación de Sanación Reconectiva se realizará en Madrid del 18 al 22 de Marzo de 2016. Para más información contacta con: 
Margarita Álvarez
648 535 050

domingo, 10 de enero de 2016

NIÑOS PEQUEÑOS DE NORTH KOREA TOCAN LA GUITARRA



https://youtu.be/gSedE5sU3uc

LIBROS ESPIRITUALES -El EVANGELIO ACUARIO DE JESUS EL CRISTO



El libro de “El evangelio Acuario de Jesús el Cristo” es considerado el evangelio apócrifo más nuevo y de origen singular. El libro fue escrito en el año 1.908 por Levi H. Dowling, es sin lugar a dudas uno de los libros espirituales más revelador publicados hasta ahora, no solo porque cuenta la verdadera historia de Jesús y la vida oculta en la Biblia, sino porque la información que allí se plasmó fue obtenida por Levi H. Dowling tras 40 años de meditación y desarrollo espiritual que le dieron acceso a los Registros Akáshicos. Como todos sabemos estos son las memorias del mundo, el plano astral que registra cada suceso por insignificante que sea.  

 

 Libros espirituales

 

http://hermandadblanca.org/?s=Jes%C3%BAs+el+Cristo

 

ESTA LECTURA QUEDA A JUICIO DEL LECTOR 

sábado, 28 de marzo de 2015

LA SEXALESCENCIA

La Sexalescencia

sexagenariosSi miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años:

LA SEXALESCENCIA. Es una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “sexagenario”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de envejecer. Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la “adolescencia”, que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.

Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso. Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el 5º piso del departamento.

Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres habían sido educadas a obedecer y ahora pueden ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado en ocupar.

Esta mujer sexalescente pudo sobrevivir a la borrachera de poder que le dio el feminismo de los 60′, en aquellos momentos de su juventud en los que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad. Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio “YO, S.A.”. Este tipo de mujeres nacidas en los 50s. no son ni por equivocación las clásicas “suegras” que quieren que los hij/as les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de la vida de los hijos. Su camino no ha sido fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de sesenta o setenta“, hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias. Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, a lo sumo… y a otra cosa.

La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo… Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.

Hoy la gente de 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.


Autor desconocido.